Frente a lo que hacen otras historias de España, este libro propone un camino de estudio distinto, pues rastrea la existencia milenaria del país en su cultura material y emocional. Alejada de cualquier esencialismo, no narra lo que los objetos «son», sino lo que han representado para los españoles a través de los tiempos. Es esta una relación identitaria, pero, por encima de todo, pasional y utilitaria.
Los españoles han proyectado en los 82 objetos que componen la obra múltiples contenidos simbólicos. En los textos dedicados a cada uno de ellos hay elementos descriptivos -qué es cada uno-, analíticos -de qué manera se configuró su contexto- y relacionales -de qué forma fueron considerados únicos en cada momento histórico, cómo adquirieron una pátina o configuración determinada-. Pero, sobre todo, portan significado por el aura que contienen, el amor con que fueron fabricados y la evocación que provocan en nosotros.
Prehistoria, España romana, Edad Media, los Austrias, Ilustración, siglo
XIX, siglo XX y el tiempo presente son las partes en que está dividido
82 objetos que cuentan un país. Sigue, por tanto, una cronología
clásica, aunque puesta al día. El número y selección de los objetos se
ha basado en un intento de acumulación densa y en caracterizaciones
canónicas procedentes de diversos ámbitos y disciplinas. No asumen
distinciones arcaicas entre «alta cultura» y «cultura popular»; tampoco
son siempre materialidades concretas, sino en ocasiones difusas y
flexibles, pues el ingenio de los españoles se ha plasmado a lo largo de
los siglos en los más variados campos del arte y la cultura, la moda,
la política, la cartografía, la numismática, la ciencia o la ingeniería.
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